jueves, 1 de noviembre de 2012

El Faraón

El Estado egipcio tiene como máximo representante al monarca, al que la superestructura religiosa atribuye el carácter divino mediante un gran esfuerzo ideológico. Así se fijan los cinco títulos del protocolo faraónico que serán:


  • Horus: clara reminiscencia del pasado unificador, es por tanto, un título de carácter predinástico.
  • Nebti: "el de las dos señoras". Se refiere a las diosas tutelares de Hierakompolis (Nejbet) y Buto (Uto).
  • Horus de Oro: el oro es el símbolo de la eternidad, pues no se degrada.
  • Nesu-biti: "el que pertenece a la caña y a la abeja". Hace referencia a su dominio del Alto y Bajo Egipto.
  • Hijo de Ra: resume su aspiración solar y divina.



Los títulos cuarto y quinto serán los que más importancia tengan, y se emplearán a modo de nomen y praenomen del faraón, pues resumen cual es el lugar del monarca en la sociedad egipcia.
A pesar de este esfuerzo ideológico por divinizar al faraón, parece que la población no terminó de creer que el rey estuviera relacionado con los dioses durante su vida. Únicamente en el momento de su muerte logra convertirse en dios, tras haber pasado el juicio de Osiris, como el resto de mortales.

1 comentario:

  1. Son muy interesantes tus entradas, espero usarlas algún día, en mis clases.

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