Este período estará situado entre el Imperio Antiguo y el Medio, en el cual se vivirá una gran crisis política.
En los últimos años de la
VII Dinastía se da un enfrentamiento entre
diferentes nomarcas que tratan de acceder al poder. Las dos ciudades más
importantes son Coptos y Tebas, dando los primeros un golpe de estado y
autoproclamándose rey el nomarca de esta ciudad. Con este hecho, se inaugura
una etapa de luchas que abarcará todo el Período Intermedio.
Las Dinastías IX y X son
originarias del nomo de Heracleópolis, y acceden al poder tras un nuevo golpe
de estado y tomando Menfis. Intentan reunificar el país y superar la crisis,
asegurando en primer lugar el Bajo Egipto. Pero la rivalidad con Tebas se
consolida, y la Tebaida
se configura como alternativa, representando el modelo social de los nomos del
sur, con una gran presencia del poder aristocrático y militar. No se trata de
un enfrentamiento militar, sino de dos proyectos económico-sociales para el
reino. Heracleópolis representa la herencia menfita, la continuidad, el
humanismo regio y la justicia moral. Tebas, como ya hemos dicho, representa al
poder aristocrático y a los privilegios de casta.
Durante la
X Dinastía se consigue expulsar a los asiáticos
del Delta, pero continúan los enfrentamientos contra Tebas hasta concluir con
la victoria de esta última, bajo mando de Mentuhotep II (2040 a .C.). Tras la guerra,
se arrasan las tumbas de Heracleópolis y se funda el Imperio Medio, abriéndose
un proceso de unificación estatal.